Al sur de Badajoz, a los pies de la sierra de San Miguel, se encuentra Llerena. Este municipio es conocido como “la pequeña Atenas de Extremadura” dado que entre los siglos XV y XVII fue un importante núcleo urbano, político, administrativo y artístico que atrajo a multitud de artistas que encontraron inspiración para su obra en Llerena. Es por ello que se convirtió en un centro artístico de primer orden en aquella época.
Es por ello que Llerena cuenta con un rico patrimonio histórico- cultural. Durante vuestra visita podréis descubrir destacados monumentos y edificios como la iglesia de Nuestra Señora de la Granada (de estilo gótico mudéjar de la que aún se conservan algunos restos), la capilla de los Zapata (de estilo gótico renacentista), la parroquia de Santiago Apóstol (que fue ordenada construir por el Gran Maestre de la Orden de Santiago, Alonso de Cárdenas, para albergar su tumba) o palacios como el Maestral, el Episcopal y el de los Zapata.
En Llerena antaño hubo multitud de conventos pero actualmente sólo el de Santa Clara permanece abierto. Las monjas que allí viven elaboran unos exquisitos dulces conocidos como “corazones de las monjas de Llerena”.
Por otro lado, Llerena posee numerosos parques y espacios naturales de los que disfrutan tanto visitantes como habitantes de la localidad. No obstante, a poca distancia se encuentra una finca municipal conocida como La Morolla donde habitan una gran cantidad de especies autóctonas del sur de Extremadura.
Os recomendamos que durante vuestra estancia degustéis algunos de los exquisitos vinos que produce esta localidad extremeña. Después de todo, fue un llenerense quien consiguió cosechar el primer vino en América tras el descubrimiento del continente.
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