Para muchos viajeros, Florianópolis es una de las ciudades más hermosas de Brasil. Esta ciudad del sudeste de Brasil ofrece de todo al turista, desde espectaculares playas junto a paisajes rurales, rincones para disfrutar del ecoturismo y una interesante vida nocturna, a un litoral ideal para la práctica del surf y los deportes radicales. Sus paisajes exuberantes se transforman en un destino reposado para el turismo familiar, o un refugio romántico para las jóvenes parejas y también para las no tan jóvenes.
Entre el resto de ciudades costeras brasileñas, solamente Río de Janeiro está a la altura de Florianópolis en lo que respecta a diversidad de bellezas naturales, en el conjunto que concentran sus montañas, sus lagunas, sus dunas y sus costas. El litoral de Florianópolis concentra un total de cuarenta y dos playas oficiales, las playas urbanas se encuentran hacia el norte de la ciudad y las más agrestes hacia el sur.
Las playas más concurridas por los surfistas son la Playa Joaquina y la Playa Mole, ambas próximas a la Laguna. La playa Mole, con sus pintorescos chiringuitos y sus olas altas, a mitad de camino de la playa Galheta, es la playa de los que gustan del nudismo. Al norte se suceden las playas de aguas mansas y mas calidad, como Jurerê, Canasvieiras, Ponta das Canas y Lagoinha, todas ellas enfrentadas al continente.
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